Esta tabla periódica está especialmente diseñada para químicos terrestres, pues se ha distorsionado para enfatizar el tamaño de los 
elementos que más abundan en nuestro planeta: hidrógeno, oxígeno, carbono, hierro, entre otros. No nos sorprenderá constatar que la receta es similar a la que encontramos dentro del cuerpo de los seres vivos (Sí, dentro de ti). Dale agua líquida – hidrógeno y oxígeno – a la naturaleza, un elemento con alta disposición a combinarse con otros (como el carbono), algo de tiempo en el horno (como una planeta recién formado con mucha actividad volcánica), y pronto tendrás simios sin pelo preguntándose por la naturaleza del universo… o quizás no.
Pero, de seguro, algo hay allí afuera. Solíamos pensar que la vida podía ser una excepción, que tal vez necesitaba de condiciones muy raras para producirse. Sin embargo, nuestra exploración del universo evidencia cada día lo contrario: esos mismos elementos, en un orden de abundancia similar al observado en La Tierra, están flotando por todo el cosmos. Lo sabemos porque cada elemento brilla con un color particular, sin importar donde esté.
Las estrellas han estado produciendo y esparciendo hidrógeno, helio, oxígeno, carbono y hierro por miles de millones de años. No solo es probable que haya más mezclas interesantes – como nosotros – allí afuera. Es casi inevitable.