Fabricando Tierras

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Como el gráfico que presentamos hace un par de semanas nos expone, el sistema solar es un lugar dinámico y caótico, con miles de cuerpos siguiendo órbitas independientes alrededor de nuestra estrella. Este es un hecho que el universo nos recuerda con cada “estrella fugaz” que se quema en nuestra atmósfera, y más seriamente con episodios como el recientemente ocurrido en Rusia – un meteoro que explotó en la atmósfera creando una onda expansiva que hirió a miles, para los que no se enteraron.

Por supuesto, los astrónomos están al pendiente de este tipo de objetos para poder predecir impactos futuros, y toda práctica en el modelado de trayectorias es útil para refinar sus técnicas. La predicción con la que han estado jugando los medios esta semana es la observación – aún preliminar – de que el cometa C/2013 A1 podría estrellarse en el 2014… con Marte.

Claro que no solo La Tierra es alcanzada por estos restos de la formación del sistema solar, sino toda la comunidad de planetas y lunas que nos acompañan en nuestro viaje por la galaxia. Solo hay que ver al cielo para apreciar la clase de bombardeo que nuestro propio satélite natural ha soportado durante el largo paso de las épocas.

A diferencia de nosotros, Marte bien podría beneficiarse (desde nuestro punto de vista, al menos) de un impacto con un cometa lleno de agua. De hecho, se ha planteado antes la posibilidad de causarlo nosotros mismos. La idea es introducir el vital líquido – y otros gases – a su atmósfera para transformarlo en un ambiente más agradable para futuros colonos humanos. El proceso se conoce como Terraformación.

Marte es el planeta más agradable (o menos letal) que conocemos hasta el momento para la vida; no es bonito, pero se podría arreglar. Incluso existen fuertes indicios de que el planeta se parecía a nuestro punto azul en un momento de su historia (luciendo algo parecido a como lo ven en la imagen), pero que gradualmente perdió su atmósfera debido a su poca gravedad (solo tiene el 0,7% de la terrestre, no muy útil para retener gases), y la ausencia de un campo magnético global (que evitaría que el Sol le volase la atmósfera cual hoja al viento).

Hoy, el Rover Curiosity se encuentra en el planeta rojo precisamente investigando qué lo pudo llevar a ser un sitio tan desolado. ¿Qué opinan ustedes? ¿Consideran factible que terraformemos Marte con cometas cargados de agua o algún otro mecanismo? ¿Será que los “marcianos” terminarán siendo también de la especie humana?

Más profundo aún:

¿Podremos algún día manufacturar puntos azules entre las estrellas?

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