17) Neutrinos más rápidos que la luz (en realidad no…)
Se lo que están pensando: “pero los neutrinos NO viajaban más rápido que la luz. ¡Fue una decepción!” Permítanme explicarles. La genialidad de esto no es lo que se descubrió (nada nuevo), sino lo excelente que fue este evento noticioso para demostrar el proceso del pensamiento científico y, en resumen, por qué la ciencia funciona (y las “alternativas” no).
La velocidad de la luz es de 300 mil kilómetros por segundo en el vacío. Según la teoría de la relatividad de Einstein, es una constante universal que no puede superarse. La explicación es matemática, y es bastante sólida. A medida que los objetos aceleran, van ganando masa, y requieren más energía para seguir acelerando al mismo ritmo. En el mundo al que estamos acostumbrados (con velocidades promedio), este efecto es demasiado pequeño para ser tomado en cuenta, pero si aceleraras a fracciones significativas de la velocidad de la luz, lo comenzarías a sentir significativamente. Mientras más te acerques a los 300 mil Km/s, más energía necesitarías para seguirlo haciendo. Para efectivamente alcanzarla, necesitarías energía infinita. Esto se ha demostrado tantas veces que sería una locura cuestionarlo…
A menos que tengas evidencia.
Einstein es toda una celebridad científica, pero en el momento en que un experimento pareció demostrar que su teoría era falsa (el neutrino pareció ir más rápido que la luz), inmediatamente surgieron las dudas en la comunidad científica. Lo más probable era que el experimento estuviese mal, y se tenía que repetir, pero ya muchos especulaban sobre las implicaciones de que estuviese correcto. La ciencia no es un dogma. En todo momento está sujeta a la revisión, a la luz de nueva evidencia. Esto es lo que la convierte en una herramienta tan efectiva para entender el mundo que nos rodea. El escepticismo, en conjunto con una mente abierta y mucha imaginación, son sus componentes principales.
Como decía Carl Sagan, “la única verdad sagrada en la ciencia, es que no hay verdades sagradas”.