Casi todos los puntos brillantes que pueden observar en esta fotografía es una galaxia, a miles de millones de años luz de distancia,
distribuidas en una porción de cielo no más grande que el diámetro de una moneda típica que sostuvieses en tu mano con el brazo extendido hacia las estrellas. Son alrededor de 5500 galaxias, cada una conteniendo entre 200 y 400 miles de millones de soles, cada uno con mundos girando alrededor. Todo esto en una región del firmamento que se pensaba relativamente vacía, en la que comenzaron a aparecer más y más galaxias al permitir una exposición relativamente larga del telescopio espacial Hubble. Las galaxias eran previamente invisibles por lo lejos que se encuentran. Al observar por más tiempo el mismo punto, la débil luz que nos llega de ellas se fue reforzando y acumulando, eventualmente haciéndolas visibles.
Extrapolando esta información a otros puntos similares, podemos confirmar que, en efecto, hay más estrellas en el universo que granos de arena en todas las playas de La Tierra. Imaginen la cantidad inconcebible de mundos que eso implica. Otro punto de estudio interesante de la imagen es que la luz de cada una de estas galaxias ha tardado miles de millones de años en llegar a nosotros. En conclusión: las vemos tal como eran hace muchísimo tiempo atrás. De hecho, las galaxias más antiguas alguna vez vistas (más como “protogalaxias”) están marcadas en esta fotografía. Las primeras acumulaciones de estrellas del universo, poco después del big bang.
Esta foto es una gran muestra de como la ciencia amplía nuestros sentidos. La mayoría de los puntos que ven aquí brillan con menos de una mil millonésima parte del brillo mínimo que percibe el ojo humano. Como con tantas otras cosas en esta época moderna, somos la primera generación que puede apreciar estos vestigios del pasado profundo del universo.