No mucho en este universo suena más misterioso que “materia oscura” – aunque la “energía oscura” no se queda atrás. No es casualidad, ambos elementos son centrales en algunos de los misterios más profundos que enfrenta la ciencia moderna en su carrera por entender la naturaleza. Es entendible que asociemos estos dos conceptos, considerando la similitud de sus nombres, pero en realidad no tienen nada que ver (a nivel de observación) uno con el otro. De hecho, podríamos considerarlos bastante opuestos.
La “energía oscura” es la explicación temporal que se le da a la aceleración de la expansión del universo. La observación es que casi todas las galaxias que vemos se alejan de la nuestra: mientras más lejana la galaxia, más rápido se aleja de nosotros. Ahora, sabemos que la gravedad intenta unir a estos cuerpos, lo vemos todos los días, pero algo le está ganando el partido. Al parecer hay una fuerza estirando el espacio mismo entre las galaxias, como se estira la superficie de un globo al inflarlo.
La materia oscura resulta, por su parte, aún más enigmática debido a lo “casi” tangible que se nos presenta. La gravedad es lo que mantiene juntas a las galaxias, pero no hay suficientes estrellas ni nubes de gas para ejercer la fuerza necesaria para sostenerlas así. Algo más debe estar agregando aún más masa, una materia que no se ve, ni se siente, que nos rodea y atraviesa. Suena casi místico, pero no lo es en lo absoluto pues hay predicciones que nos pueden indicar si estamos en el camino correcto. Una de ellas es el llamado “lente gravitacional” – el cual me parece particularmente maravilloso de observar, por sus implicaciones teóricas. Fue Einstein quien lo propuso: la gravedad no solo afecta a la masa, también a las partículas energéticas – como los fotones de luz. Cuando la luz pasa cerca de una gran fuente de masa, se desvía y distorsiona, creando un “anillo” alrededor de la misma. Los vemos alrededor de objetos masivos como el de la fotografía. Pero aquí es que viene lo bueno:
Hemos visto la misma distorsión alrededor de…. la nada. Alrededor de esa materia invisible que llamamos materia “oscura” – o algo que causa el mismo efecto. No podemos verlo directamente, y aún no sabemos de qué se trata, pero sabemos que algo hay allí, como un pegamento que mantiene unido al universo.
La parte más sorprendente es que se estima que la materia oscura representa el 84% de la materia del universo. Como si ver las estrellas no fuese suficiente para sentirse pequeño.