Es una pregunta recurrente entre los que nos dedicamos de alguna forma a la empresa científica, ya sea investigando, aplicando o divulgando. Dada una pérdida de información total de nuestra civilización, por cualquier causa, ¿qué conocimiento científico salvarías para la posteridad? ¿Serían las leyes de Newton? ¿La relatividad? ¿La teoría cuántica? ¿Los trabajos de Pasteur sobre los gérmenes? ¿Qué le resultaría más útil a los seres humanos sobrevivientes a lo que sea que devastó nuestro conocimiento? En ocasiones incluso, la pregunta se hace más general, pero atendiendo a la misma duda: Dado que tienes que elegir uno, ¿cuál es el libro más importante que se haya escrito?
Una cuestión nada fácil, y presumo que todos tendríamos una respuesta diferente, tan solo por el hecho de que no hemos leído los mismos ejemplares. Sin embargo, en mi experiencia en este tipo de conversaciones, he notado que hay un libro que suele salir con más frecuencia de lo normal a la luz de la discusión. En efecto, para muchos, el trabajo escrito más importante de la historia de la humanidad, por su valor científico e implicaciones filosóficas. Una respuesta elegante, hermosa, sustentada, y auto evidente – una vez la conoces – para la que es quizá la pregunta más antigua de la especie humana: ¿de dónde venimos? El libro es, por supuesto, El Origen de Las Especies, de Charles Darwin.
En esta magnifica obra, Darwin nos explica la muy convincente evidencia que acumuló durante sus viajes por el mundo, y nos relata cómo lo llevó a la conclusión de que las especies evolucionan con el paso del tiempo, a partir de mutaciones de generación en generación; con la naturaleza “seleccionando” a las más aptas para la sobrevivencia a partir de una competencia feroz por recursos limitados. De tan simples postulados – tan simples comienzos – emerge naturalmente toda la maravillosa diversidad y complejidad que observamos en las formas de vida del planeta. Por primera vez la especie humana tenía una explicación naturalista – basada en evidencia – para el estado actual de la vida en el planeta, y toda su historia fósil, desmitificando y haciendo entendible un proceso tan central para comprendernos nosotros mismos, y nuestro lugar en el cosmos.
Si algo es mágico con respecto al conocimiento científico es eso que progresivamente insiste en revelarnos: todos estamos conectados. Cada ser vivo en La Tierra es – literalmente – familia de cualquier otro. Mamíferos, reptiles, anfibios, peces, árboles, insectos, bacterias; todos descendientes de un mismo ancestro común, extremadamente básico, flotando en el océano primigenio de hace 3500 millones de años.
Hoy, 12 de Febrero, se celebra el Día de Darwin, motivado por ser su fecha de nacimiento, así que dejaré que sea él mismo quien les diga por qué deberían leer y considerar su libro, cuando se vean confrontados con la dura pregunta de la que hablábamos:
–“Hay grandeza en esta visión de la vida, con sus distintos poderes, habiendo sido concedida a unas pocas formas o solo una; y que, mientras este planeta ha ido girando de acuerdo a la ley fija de la gravedad, de tan simples comienzos una infinidad de formas hermosas y maravillosas han estado, y están, evolucionando.”–
Feliz cumpleaños póstumo para el Sr. Darwin. Pienso que todo ser humano debería conocer su obra y sentirse orgulloso de este legado.
[…] que concentraba la mayor cantidad de deducciones en el menor número de afirmaciones. Si bien he dicho en varias ocasiones que El Origen de las Especies es el libro más importante jamás escrito (y […]