Entonces, estoy revisando el canal de transmisión en vivo para ver el inofensivo – pero cercano – paso del asteroide DA14-2012 (vale la pena leer el contexto acá: http://t.co/zJTeq2r2), y veo que la naturaleza ha decidido, como de costumbre, sorprendernos; más a lo rusos que al resto de nosotros, pero igual bastante inesperado. Para los que no saben, hace medio día entró un meteoro a nuestra atmósfera – sobre Rusia -de tamaño suficiente para causar una explosión significativa. Afortunadamente, era más pequeño que DA14 (apenas unos 15 metros de longitud, en comparación con los 50 metros del otro). A pesar de esto, es el objeto más grande que nos cae desde Tunguska (en 1908) y el más dañino para la población humana del que se tiene registro — en toda la historia.
Al momento hay más de 1000 heridos buscando asistencia médica, varios quedaron hospitalizados, algunos incluso en terapia intensiva. A nadie le cayó un trozo de roca – más bien ésta explotó en el aire por la enorme presión y calor de la entrada en nuestra atmósfera, creando una onda expansiva que quebró vidrios, arrancó puertas y asustó gatos en muchos kilómetros a la redonda. Este daño colateral fue el que hirió a las personas. Este par de videos debería darles una buena idea de lo ocurrido: “http://www.youtube.com/watch?v=90Omh7_I8vI” — “http://www.youtube.com/watch?v=1kvHl5Qcnzc“.
Quizá te preguntas cómo es que hemos estado rastreando a DA14 – y muchos otros – y este meteoro pudo llegar a La Tierra sin que nadie lo previera. Si es así, la situación es un poco más compleja de lo que imaginas. Los esfuerzos por ubicar asteroides cercanos a La Tierra son relativamente recientes (el código “2012” en el nombre de DA14 indica el año en que fue descubierto). La realidad del asunto es que el espacio es enorme y oscuro, y los asteroides son pequeños y opacos. Buscar agujas en pajares es exponencialmente más fácil que ubicar asteroides en el vacío, con un problema adicional: el Sol hace un gran trabajo cegándonos a cualquier objeto pequeño que venga hacia nosotros desde esa dirección. Pero hay algo a nuestro favor, los asteroides que más nos interesa ubicar y rastrear son los más grandes – por razones obvias – y estos son también los más fáciles de encontrar. Los astrónomos tienen buena confianza de que tienen ubicados todos los mayores a 30 Km de diámetro – la clase “extinción global”.
En los que tienen alrededor de un kilómetro – clase “mal día para ese continente” – se han ubicado alrededor del 90% – 95%. Sin embargo, de los 50 metros para abajo, la situación se complica: solo conocemos alrededor del 2% de lo que se estima hay allí afuera. En los últimos años, hemos estado ubicándolos días, o incluso horas, antes de que nos golpeen, o pasen de largo.
Pero no nos alarmemos, esto en realidad son buenas noticias. ¿Cómo puede ser bueno? Pues, recordemos que la humanidad siempre ha tenido esta pistola apuntando a su cabeza; es solo ahora que tenemos la capacidad tecnológica para darnos cuenta, y hacer algo al respecto. Lo que necesitamos es ver hacia arriba seriamente, y pensar en maneras factibles de desviar estas rocas espaciales. El esfuerzo apenas comienza pero ya hay varios planes prometedores, como telescopios con lentes tipo ojo de insecto, que observen y procesen grandes trozos del cielo simultáneamente.
Lo de hoy ha sido sorprendente, pero que no les quite el sueño. Por otra parte, DA14 podrá ser observado en vivo en este canal:http://www.ustream.tv/channel/clay-center-observatory, en unas 4 horas.
Todo un día para recordar nuestro lugar en el cosmos.