A esta colección de 400 mil millones de soles se le conocía en tiempos ancestrales como “la columna de la noche”, bajo la creencia de que era la estructura que soportaba la bóveda nocturna. Quizá no estaban tan equivocados nuestros ancestros, ya que la Vía Láctea representa el enlace gravitacional que mantiene a nuestro modesto sol en su órbita (con algo de ayuda de la materia oscura).
La galaxia no sostiene el cielo, en el sentido estrictamente literal, pero nos sostiene a nosotros y a todas las demás estrellas que apreciamos en la ruta que define nuestras observaciones astronómicas. Si siempre has querido ser parte de algo mayor a ti mismo, no tienes más que mirar esa marca en el cielo. Somos parte de esa inimaginable galaxia y, más importante aún, ella es químicamente parte de nosotros.