La vasta mayoría de los que hemos tenido la oportunidad de verla coincidimos: Cosmos bien podría ser la mejor serie de divulgación científica hecha hasta el momento; no porque su información sea la más acertada en la actualidad, o por sus excelentes efectos especiales (adecuados para los años 80), sino porque realmente logra transmitir mucho más que conocimiento. En cada episodio, Sagan te transporta magistralmente en un viaje personal – casi íntimo – por las regiones más diversas y fantásticas del universo, incluyendo dentro de nuestras propias mentes y átomos. En Cosmos, todo conspira para maravillarnos con la complejidad de hasta el más mundano de los objetos – o el más ajeno de los conceptos. No me parece demasiado exagerado afirmar que observar esta serie con atención, perdiéndose en la excelente exposición y la composición musical perfectamente integrada, es capaz de cambiarte la vida. Nunca verás al universo – o la ciencia con la que progresivamente vamos accediendo a él – con los mismos ojos.
Uno de los puntos que suelo criticar sobre las series de divulgación actuales (entre las cuales hay algunas bastante buenas, admito), es que parecen olvidar que la ciencia es usualmente mucho más entretenida que la ficción, y que los efectos especiales no son realmente lo que llama la atención al conocimiento. Las preguntas que la ciencia nos ayuda a responder, los problemas que nos ayuda a resolver, son profundamente personales. Saber nuestro lugar en el universo, la vastedad de lo que nos rodea, la complejidad del funcionamiento básico de la realidad, la responsabilidad que acarrea nuestra consciencia y poder tecnológico; estos son temas que – aunque expresado de diferentes formas – despiertan en cada uno de nosotros una gran curiosidad. Son el marco de referencia dentro del cual contextualizamos nuestras vidas.
La buena nueva es que Cosmos regresa (porque ciertamente hacía falta una actualización), e integra la nueva tecnología de animación, y conocimientos actualizados, con ese mismo estilo que Sagan introdujo al mundo. Dejen lo que estén haciendo, gigantes, y vean en pantalla completa este trailer que se liberó recientemente para promocionar la nueva versión, esta vez de la mano del famoso Neil deGrasse Tyson. Los veteranos de la serie reconocerán la nave de la imaginación (muy modernizada), el calendario cósmico, el diente de león flotando en el viento y, sobre todo, la sensación épica de saber que te estás aproximando al mayor de los misterios:
La historia del cosmos.