Las lágrimas de Perseo

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Esta noche, como es costumbre alrededor de la primera semana de Agosto de cada año, podremos comenzar a apreciar la “lluvia de estrellas” perseidas – una colección de polvo y pequeñas rocas que deja a su paso el cometa “Swift-Tuttle” con cada una de sus órbitas de unos 130 años alrededor del Sol (a medida que su temperatura aumenta mientras se acerca a la estrella, el agua dentro del cometa comienza a evaporarse violentamente, creando la famosa “cola”, y desprendiendo restos rocosos en el camino). Cuando La Tierra comienza a atravesar estos residuos, los meteoroides chocan con nuestra atmósfera a unos 200 mil kilómetros por hora. Tal es la energía de este impacto que el aire – al no tener tiempo de quitarse de la trayectoria del intruso – se calienta al extremo de incendiarse, creando una bola de fuego que los terrestres vemos con asombro desde la superficie del planeta. Eventualmente, la roca se consume en la atmósfera, sin llegar a tocar el suelo. Del cometa que lo causa todo no sabremos en un buen tiempo. Estuvo en su aproximación más cercana al Sol en el año 1993, así que no lo veremos de nuevo hasta el 2126 – Qué bueno que algo nos deja de su paso.

Las perseidas obtienen su nombre debido a que siempre se aproximan desde la dirección de la constelación de Perseo en el cielo nocturno (razón por la cual se observa mucho mejor en el hemisferio norte que en el sur); y es bastante seguro afirmar que nos encontraremos con ellas por estas fechas. Sin embargo (aunque se estima que serán visibles unos 100 meteoroides por hora en su momento pico), resulta complicado poder predecir qué tan llamativo será el espectáculo. Simplemente no hay forma de saber qué tantos trozos de material dejó el cometa justo por el área que transitaremos en un año específico. De cualquier forma, será un ejercicio interesante ver hacia arriba durante estas próximas 4 noches (sobre todo desde mañana). No solo hay una alta posibilidad de poder ver a estos visitantes unirse a nuestro planeta en las horas previas al amanecer, sino que Júpiter, Venus y la Luna creciente (no queriendo ser ignorados) podrán observarse muy juntos y brillantes en el cielo del este, complementando la velada. Toda una llamada del universo.

Recuerden enviar sus fotos, gigantes, si logran capturar a estos nuevos componentes de la nave espacial Tierra en sus espectaculares entradas, o los planetas en el fondo cósmico de este vasto escenario.

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