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Buen día gigantes, otra rotación terrestre que clasificamos como “viernes”. Otro día que podemos disfrutar gracias al campo magnético de La Tierra, nuestro protector invisible. Hoy más que de costumbre es esto cierto, ya que durante el día estaremos resistiendo un disparo a quemarropa de miles de millones de toneladas de material solar que lanzó nuestra estrella en esta dirección hace 3 días. Este fenómeno se conoce como “eyección de masa coronal”, y el satélite SOHO lo capturó sucediendo en pleno en esta sorprendente imagen.

Como pueden ver, SOHO (el Observatorio Solar y Heliosférico) usa un disco oscuro para opacar la luz cegadora del Sol – que dañaría el1234058_419734684813372_1872058053_n lente de inmediato si entrara sin impedimentos – de manera de poder apreciar la caótica actividad de la atmósfera solar, responsable por enviar al vacío unos mil millones de kilogramos de material por segundo (lo que llamamos “viento solar”), viajando a más de 3 millones de kilómetros por hora. De más está decir, experimentar esto sin protección es una mala idea.

Ante este ataque, el campo magnético de La Tierra reaccionará como suele hacerlo: desviando las partículas hacia el espacio, distorsionándose violentamente en un proceso conocido como “tormenta magnética”. Esto puede tener efectos negativos leves en las comunicaciones satelitales (especialmente cuando trates de enviar un mensaje para preguntar “¿dónde están?” esta noche) pero, más importante aún, también puede causar hermosas auroras en los polos, la colorida evidencia de que estas fuerzas invisibles se enfrentan en las alturas.

Para las culturas nativas del ártico, las auroras han representado por milenios la mirada vigilante de los ancestros, protegiéndolos desde un plano superior e inaccesible. Hoy la ciencia nos revela que esos intentos – quizá algo inocentes – por entender este espectáculo de la naturaleza no estaban tan alejados de la realidad.

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