El día que muere alguien como Nelson Mandela — uno de los seres humanos que más duro lucho por convencer a sus pares de la importancia de la hermandad y la educación — bien vale la pena una frase que nos recuerde el valor de ser optimista, y luchar por ser el cambio que queremos ver en el mundo. Veo que las redes sociales ya se desbordan de frases de este gran individuo (que se nos ha ido a los 95 años de edad), así que les dejo por acá una de mis preferidas -del escritor Robert Heinlein- que me pareció apropiada a la ocasión:
— Creo en toda mi especie. Amarillos, blancos, negros, rojos, marrones — en la honestidad, coraje, inteligencia, durabilidad y bondad de la inmensa mayoría de mis hermanos y hermanas en todos los rincones de este planeta. Estoy orgulloso de ser un humano. Creo que hemos llegado tan lejos salvándonos por los pelos, y que siempre nos salvaremos por los pelos — pero siempre lo haremos; sobreviviremos, perduraremos. Creo que este embrión con esa caja cerebral grande y dolorosa y el pulgar oponible; este animal apenas evolucionado del típico simio, perdurará — incluso más que su planeta natal, y se esparcirá a los otros planetas, las estrellas, y más allá; llevando consigo su honestidad, su curiosidad insaciable, su valentía ilimitada — su decencia y nobleza esenciales.
Esto creo con todo mi corazón. — Robert Heinlein
Mandela era sin duda una razón para “creer”, y todos podemos serlo también, siguiendo su ejemplo; no dejándonos arrastrar por ese pesimismo pseudo-intelectual. Los problemas llaman a las soluciones, los conflictos al entendimiento, los misterios a la comprensión. Nadie dijo que sería fácil, pero aquí estamos, contra todo pronóstico, y el universo nos espera – no solo allá fuera, más allá de las nubes, sino dentro de cada uno de nosotros.
Explorémoslo en conjunto, haciendo honor a la clase de pensamiento que este gran hombre promovió en vida. Todos somos familia en esta Tierra; esforcémonos cada día por actuar en consecuencia.