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Esta hipnótica imagen capturada por la sonda Cassini desde la órbita de Saturno nos muestra en color falso el ya famoso “Hexágono” que gira violentamente en su polo norte – una tormenta enorme de -al menos- décadas de antigüedad (observada por primera vez en los años 80 por la misión Voyager), que da una vuelta completa en tan solo 10 horas y media.

Su forma tan peculiar es un fenómeno único en nuestro sistema solar (como tantas otras cosas características de Saturno), y el origen del patrón es fuente de mucha especulación y debate. Lo misterioso no es su formación, exactamente, pues varios experimentos con rotación de fluidos en laboratorio han logrado producir formas de polígonos alterando las velocidades relativas de los gases. Más bien, lo que extraña a los astrónomos es la estabilidad de esta forma hexagonal en una tormenta tan agitada y extensa (cualquiera de los lados es más largo que el diámetro de nuestro planeta).

En nuestro mundo, este tipo de formación atmosférica no dura más de unas semanas, debido a que el aire se ve interrumpido en su giro por la fricción con las formaciones rocosas de la superficie (esto en buena parte disipa la energía de los huracanes, para nuestra fortuna). Sin embargo, en Saturno – un planeta casi completamente gaseoso – las tormentas tienen todo el espacio que necesitan para convertirse en partes casi-permanentes del paisaje, con muy pocas variaciones en el tiempo. Para los terrestres esto es un concepto que encontramos totalmente ajeno: nadie mencionaría en La Tierra una nube específica como punto de referencia para ayudar a alguien a encontrar una dirección. Verdaderamente, los planetas como el nuestro tienen climas mucho más impredecibles, y el estudio de estos casos foráneos tan interesantes solo puede enriquecer nuestra comprensión de lo que sucede en el aire de nuestro hogar en el espacio.

El momento de fotografiar es ahora para la sonda Cassini. Luego de varios años de espera, Saturno se encuentra en el inicio de su largo verano norteño, y ese hemisferio recibirá cada vez más iluminación solar hasta su solsticio en el año 2017, permitiendo un mayor detalle y resolución en las imágenes.

Como es sabido, Saturno – el origen del nombre del día “sábado” o “saturday” en inglés – es uno de los 7 astros “principales” que eran conocidos para nuestros ancestros pre-históricos (pues puede verse sin telescopio). De alguna manera, se siente como una progresión natural de estas antiguas observaciones que actualmente podamos adentrar nuestra mirada hacia sus entrañas de esta forma. Aún con todo lo aterrador que pueda parecer en ocasiones el ojo de la tormenta, se trata de una experiencia realmente trascendental; una muestra muy significativa de esa gran curiosidad humana llevada a la práctica, aún en los casos más extremos.

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