Con frecuencia hablamos de la búsqueda de vida extraterrestre, pero lo cierto es que tenemos a varios primos lejanos aquí en La Tierra que no estarían fuera de lugar en ninguna película de ciencia ficción que se desarrolle en el rincón más lejano e inhóspito de la galaxia. El – extrañamente nombrado – “Oso de agua” que ven en la fotografía es un gran ejemplo de esto. Estos pequeños invertebrados se encuentran en casi todos los ecosistemas de nuestro planeta, desde el desierto congelado de Antártica hasta la jungla más húmeda de África. No te sorprendas si nunca los habías visto: la mayoría miden menos de una centésima de milímetro. Si te gusta bañarte en lagos o ríos, probablemente te has tragado a varios…
Pero no te sientas mal, las Tardigradas – su nombre oficial – no mueren fácilmente. Su característica principal es que sobrevive casi a lo que sea. Han sido congelados, secados, hervidos, irradiados y hasta expuestos al vacío del espacio. Su secreto es la “criptobiosis” – la capacidad para detener el metabolismo por completo. Como morir, pero reversible. Pueden pasar largos períodos de tiempo “disecados”, y reavivarse cuando regresen las condiciones favorables. Hay fósiles de Tardigradas de hace 530 millones de años, lo que indica que han sobrevivido de esta forma a numerosas extinciones masivas en nuestro planeta.
Yo digo que para ser un extremófilo es bastante fotogénico – al menos en lo que a organismos microscópicos respecta.